EL CUENTO QUE LEÍA MI VECINA

Juan Carlos Méndez Guédez



cerezas/ el médico/ la cereza/ mi vecina con aquel cuento sobre las cerezas/ el médico/ quizás no sea demasiado grave, ¿oyó?/ cerezas/ como una pequeña cereza/ y mi vecina leía aquella historia/ una cereza/ la primera del verano/ más o menos así como una cereza/ y sus pechos apretados dentro de la blusa/ esta mancha, ¿ve?/ y la historia en su voz/ una cereza: helada, refrescante, un poco ácida/ y yo imaginando una cereza que caía entre su escote/ aquí en la radiografía/ un punto rojo, brillante que se lanzaba al fondo/ se me cayó la cereza/ habrá que explorar/ su voz cereza se volvía cereza entre sus pechos/ puede que no sea nada/ y la cereza en cámara lenta que se hunde entre los pechos soberbios de mi vecina/ y su voz contando aquella historia/ ¿la ve? justo en esta zona del cerebro/ y yo al salir del médico: como una cereza, como una cereza/ un pequeño grito de mi vecina: la cereza helada que se cuela, que se hunde/ mi rostro que bucea, que viaja hasta el fondo, la punta de la lengua, mi boca que nada, que explora, mis dientes que rescatan esa cereza que intuyo con los labios/ haremos unos exámenes/ pero veinte años atrás: mi vecina/ quizás no sea grave/ ¿quieres que te lea un cuento sobre la primera cereza del verano?/ tal vez sólo sea una mancha/ y yo en medio de sus bellas tetas: cereza, cereza, cereza.

(inédito)