HABLEMOS DEL MIEDO

El umbral de la noche
Stephen King
DeBolsillo, 2006.
|417 p.|8,95 euros|ISBN:8497594290|
traducción de Gregorio Vlastilica y Eduardo Goligorsky

Este libro hay que leerlo con los ojos muy abiertos, con la cautela del que entra a una habitación oscura y en apariencia vacía. Porque cuando abrimos sus páginas, como cuando encendemos el bombillo que cuelga en el centro de la habitación, aparecen objetos, no todas las veces bondadosos, que nos rodean y hacen de nosotros otro tipo de personas.
Pocas veces se leen libros a los que uno les desearía una filiación en la estirpe de los libros de arena, de los que no se acaban nunca, aquellos en los que cada página es distinta. Cuando Huidobro escribió «en mi cabeza, cada cabello piensa otra cosa», seguro no estaba pensando en los libros de Stephen King, pero no podría ser del todo improbable que estuviera recordando las historias de H. P. Lovecraft, el padre espiritual del autor de La niebla y Misery. Quien haya leído En las montañas de la locura y se acerque a estos cuentos de King notará cierto aire de familia, cierta maldad incrustada en las palabras que lee. Le advierto desde ya de «El coco», de «Soy la puerta» y «A veces vuelven»; y le aviso que allí se esconde esa joya contemporánea que es «Los chicos del maíz». En cada relato hay de todo, y hay que estar atentos: aunque se impone una lectura del original en inglés, porque sospecho que las traducciones dejan mucho King por el camino. Sin embargo, lo que no podrá escamotearte nadie es el prólogo del propio autor, una clase de escritura y una declaración de principios al mismo tiempo. Y termino con las palabras de John D. MacDonald, que presenta el volumen: «Si habéis leído esta introducción íntegra espero que os sobre tiempo. Podríais haber estado leyendo los cuentos». jcch.